Marruecos en mochila
Aeropuerto de Nador Marruecos

Nuestra aventura en Marruecos con mochila empieza en Nador. Llegamos en un vuelo desde Bruselas hasta Marruecos. En el aeropuerto de Nador hemos cambiado algunos euros por dírhams. En el exterior del aeropuerto empezamos a buscar un traslado para llegar a la ciudad de Nador. No había casi nadie, ni buses, ni taxis y no sabíamos cómo llegar hasta la ciudad. A partir de ese momento sentimos que nuestra aventura en Marruecos estaba a punto de empezar.

Traslado del aeropuerto hasta Nador

En Marruecos aprendimos algo que todavía no sabíamos cuando esperábamos fuera del aeropuerto de Nador. En primer lugar es que no podrás evitar que te identifiquen como un turista. En segundo lugar, algo que tiene relación con lo primero; aunque creas que estás solo, no tardarás en ser abordado por alguien que se prestará en ayudarte. De pronto se nos acercó un taxista con un antiguo automóvil Mercedes y se ofreció a llevarnos hasta la ciudad. Nos pidió 100 dírhams y nosotros hicimos rápidamente el cálculo (más o menos 10 euros) que bien! Nos pareció barato. No dudamos en meternos en el taxi, satisfechos de que no tuvimos incluso que negociar el precio.

Ahí cometimos nuestro primer, pero supongo que era bastante inevitable. No negociamos en absoluto el precio y eso le otorgó ventaja al taxista. Para sorpresa nuestra, el trayecto duró muy poco. Pensábamos que Nador estaba mucho más lejos del aeropuerto. Más adelante descubrimos que habíamos pagamos hasta 4 veces más por ese trayecto.

El estilo de conducción del taxista nos parece agresiva, aunque parece que es habitual y parece que controla. Compartimos las calles con numerosos burros y otros animales. Le pedimos al taxista que nos deje en la parada de autobuses. Le explicamos que nos gustaría ir al desierto de Merzouga. Así que nuestro objetivo era encontrar un autobús para llegar a las dunas de Merzouga. Sabemos que es un trayecto que dura 10 horas hasta la ciudad de Erfoud y después tenemos que buscar la manera de llegar hasta el pueblo de Merzouga.

Autobús de Nador hasta Merzouga

En la parada de autobuses hemos preguntado por el horario. Nadie sabe exactamente cuando sale el autobús. Esperamos en la primera cafetería que encontramos cerca de la parada, para tener contacto visual por si el autobús llegaba repentinamente. En la cafetería no hay mujeres, así que Romana se sentía un poco extraña. Los camareros solo hablan con Pablo y Romana está ignorada por completo. Parece que la cultura patriarcal está muy arraigada.

Esperando en Nador

La espera se alarga durante horas. Necesito ir al servicio y cuando me dirijo al baño me encuentro a un señor rezando en medio del estrecho pasillo. No quiero interrumpir su oración, pero de algún modo logro cruzar el pasillo. Me doy cuenta de que solo hay una señal de baño para hombres! Parece que en la cafetería no hay oficialmente baño para mujeres… supongo que no es habitual las visitas femeninas en la cafetería.

Finalmente hago uso del servicio para hombres porque no tengo otra opción. El váter es un agujero en el suelo nada más. Solo hace falta entrenar un poco y acostumbrarse a esa postura. Estoy segura de que no voy a olvidar la experiencia en ese baño.

Mientras Romana está en el baño, Pablo fue a pagar los cafés con leche que nos habíamos tomado. En la barra del bar habían varios camareros y muy poco trabajo, a pesar de ello se podía apreciar la tranquilidad con la que todo se mueve, siempre hay tiempo. Un hombre marroquí nos dijo una frase que en ese momento no pudimos entender: La prisa mata. Después de varios días en Marruecos esa frase fue tomando sentido. La gente en Marruecos piensa realmente que las prisas y el estrés no es bueno para la salud.

Camino a las dunas de Erg Chebbi

Mapa Marruecos viaje
Tomamos un bus de Nador hasta Erfoud

Unas horas más tarde estamos sentados en un viejo autobús que nos llevará de Nador a Erfoud. Yo (Romana) quiero evitar las miradas de la gente en el autobús y observo el paisaje, tan diferente a lo que había conocido hasta ahora; El desierto, camellos, la lengua árabe y bereber que se oye en el autobús, nuevos olores, colores… Todo lo que veo, escucho y siento me hacía presagiar que nuestro viaje en Marruecos va a ser una gran aventura!

Un sentimiento nuevo que nunca antes tuve me embarga. Es una mezcla de sensaciones que me tiene poseída. Después he sabido entender lo que me pasaba, se trata del choque cultural. Me ha absorbido por completo y se ríe en mi cara!

Me da la sensación de que todos me están mirando. En realidad somos los únicos turistas que hay en el autobús. Un mes antes cuando he preparado la ruta por Marruecos pensaba solamente en vivir la aventura al máximo y mi objetivo era visitar el desierto. En una mochila hemos empaquetado lo necesario para pasar 3 semanas de aventuras en Marruecos.

Tenía una idea de lo que quería visitar, pero entre mi plan incluí varios capítulos sin plan. Sentada en ese autobús aún no se que los capítulos del viaje sin planificar son los que recordaré para siempre. Pablo esta más tranquilo, confía en mi plan aunque la primera noche en Marruecos no sabemos donde vamos a dormir.

Pasamos por diferentes ciudades y cada vez que nos quedamos en una, el conductor grita los nombres de las ciudades. Lo hace con mucha energía por si acaso alguien está dormido. Cuando llegamos a Er-Rachidía me doy cuenta de que estamos cerca de nuestro destino, la ciudad de – Erfoud.

Ciudad de Erfoud

Llegamos a la 1 de la madrugada a la Ciudad de Erfoud. Estamos solos y no somos conscientes de que no tenemos ningún sitio donde dormir esa noche. Caminamos sin rumbo por las calles casi vacías hasta que un automóvil se ha detenido a nuestra altura. Un hombre llamado Hassan nos ofrece ayuda, pero nuestra primera reacción fue de rechazo.

No imaginamos que alguien quiere ayudar a dos extranjeros, a la 2 de la madrugada, solos e indefensos. Tal vez hemos visto demasiadas series televisivas. Hassan conoce alguien que tiene un pequeño hotel y dice que no hay problema que sea tan tarde. Así que despertó al dueño del hotel y nos alojó hemos alojado allí.

Hassan es un «cazador de turistas» y a medida que pasaron los días en Marruecos nos dimos cuenta de que es habitual encontrar a personas como el en Marruecos. Hassan no quería dejarnos ir a dormir antes de pactar con nosotros una excursión con su todo terreno por el desierto. Hicimos un trato antes de ir a dormir para que nos llevara con su todo terreno hasta las dunas de Erg Chebbi. Esa noche hemos soñado con el cuento de las mil y una noches.

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